Por Carlos Michia *Es peligroso militarizar la seguridad pública del pueblo argentino. Los gobiernos tienen la posibilidad de combatir el delito con fuerzas policiales (civiles) solo se deben tomar decisiones políticas firmes y concretas de planes estratégicos de seguridad.
Lamentablemente las instituciones policiales de la Republica Argentina se han deteriorado tanto que no son capaces de hacer frente a un problema tan complejo como es brindar seguridad al pueblo.
Vemos policías jóvenes sin capacitación suficiente y necesaria para la función que deben cumplir, con el agravante que en Chubut el ex jefe de policía Ale Juan Luis, bajo los requisitos intelectuales de ingreso, queriendo una policía con pocos conocimientos que sea sumisa por temor a reclamar algo por desconocimiento.
La sindicalización policial seguramente será una de las herramientas necesarias para tener una policía profesional, capacitada, democrática, humanizada, para que sea eficiente en la lucha contra el crimen y que de esta manera de respuestas al pueblo que las necesita en forma urgente.
Las fuerzas militares no fueron creadas esencialmente para estas funciones y allí radica uno de los principales cuestionamientos para que estas actúen dentro del ejido urbano siendo esta facultad casi exclusiva de las policías provinciales.
El poder político está a tiempo de recuperar la seguridad a través de su policía sólo debe hacer cambios de fondo y no poner parches.
La gendarmería debe cuidar las fronteras y la prefectura su ámbito de aplicación y no usurpar el trabajo que le corresponde al obrero policial.
Sólo decisiones políticas firmes y concretas y apoyo a los obreros policiales en su trabajo traerá resultados positivos en la lucha contra el delito.
* Secretario general del Sindicato Policial Chubutense
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